El Papa Francisco: «Sed peregrinos de esperanza y constructores de paz»
En su mensaje para la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, sobre el tema “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”, el Santo Padre Francisco se dirige a los fieles, exhortando a aprovechar el momento propicio de este Año de la Oración en preparación para el Año Santo jubilar, para redescubrir su propia vocación y ser peregrinos de esperanza y constructores de paz.
«En el presente momento histórico, el camino común nos conduce hacia el Año Jubilar del 2025. Caminamos como peregrinos de esperanza hacia el Año Santo para que, redescubriendo la propia vocación y poniendo en relación los diversos dones del Espíritu, seamos en el mundo portadores y testigos del anhelo de Jesús: que formemos una sola familia, unida en el amor de Dios y sólida en el vínculo de la caridad, del compartir y de la fraternidad», ha dicho el Papa.
«En este año 2024, dedicado precisamente a la oración en preparación al Jubileo, estamos llamados a redescubrir el don inestimable de poder dialogar con el Señor, de corazón a corazón, convirtiéndonos en peregrinos de esperanza, porque “la oración es la primera fuerza de la esperanza. Mientras tú rezas la esperanza crece y avanza. Yo diría que la oración abre la puerta a la esperanza. La esperanza está ahí, pero con mi oración le abro la puerta” (Catequesis, 20 mayo 2020)».
Para nosotros los cristianos, dice el Papa Francisco, es necesario cultivar una mirada llena de esperanza. A pesar de los fracasos y reveses, de hecho, «nos ponemos en camino para descubrir el amor de Dios y, al mismo tiempo, para conocernos a nosotros mismos».
Por ello, nadie debe sentirse excluido de este llamado, todos deben tener el valor de involucrarse, cuidando a quienes les rodean y al entorno en el que viven. «Levantémonos, por tanto, y pongámonos en camino como peregrinos de esperanza, para que, como hizo María con santa Isabel, también nosotros llevemos anuncios de alegría, generaremos vida nueva y seamos artesanos de fraternidad y de paz».