“Preparando O Jubileo 2025”, más de 300 representantes de las diócesis brasileñas se reunen en Brasilia para el encuentro nacional con Mons. Fisichella

30 enero 2024

 

Comienzan de lleno los preparativos para el Jubileo 2025 en Brasil, con la segunda jornada del Encuentro nacional organizado los días 29 y 30 de enero por la Conferencia Episcopal brasileña en la Casa Dom Luciano, en Brasilia, con más de 300 participantes, entre obispos, representantes de diócesis, pastorales, movimientos y organizaciones provenientes de las diócesis y las regiones de todo el país, reflejo de una Iglesia brasileña muy entusiasmada y dispuesta a vivir el Jubileo como una ocasión de Gracia para todos. El evento ha sido organizado de modo particular por el Equipe de Animação do Jubileu, un equipo al que la Conferencia episcopal brasileña ha confiado la tarea de apoyar la organización del año jubilar en las Iglesias locales.

 

En el encuentro también ha intervenido S.E. Mons. Rino Fisichella, Pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, quien ha expresado gran alegría por el entusiasmo que se respira y ha presentado los deseos del Papa para este Año Santo. «El Jubileo - ha dicho el Pro-prefecto - se presenta también como una propuesta pastoral que no debe subestimarse. Es en este horizonte en el que debe insertarse el tema de la esperanza como contenido privilegiado de la evangelización. Se habla demasiado poco de la esperanza. Sin caer en la retórica, se debería distinguir entre esperanzas y esperanza. Quizás la referencia a las esperanzas cotidianas sea más fácil e inmediata porque surge espontáneamente, mientras que la esperanza corre el riesgo de rozar la utopía y por eso queda más eclipsada. Sin embargo, vivir la vida con base en las esperanzas es arriesgado. Estas pueden ser fácilmente ilusorias y conducir progresivamente a la decepción. Al encerrarse en el circuito de lo inmediato, es inevitable que las esperanzas impidan mirar al futuro como una expectativa de realización, característica típica de la esperanza. Por tanto, es necesario abrir la mirada hacia un horizonte de sentido diferente, que no se limite al “ahora” e “inmediato”, sino que sea capaz de ponerse en estado de espera con la debida vigilancia».

 

Mons. Fisichella también ha reiterado que «la mentalidad científica ha disminuido significativamente la necesidad de la esperanza». «La tecnología produce herramientas que nos acostumbran a permanecer atados al presente; no tiene ningún problema en dar respuestas inmediatas que alejan la espera y hacen ineficaz todo deseo. A pesar de esto, nuestros contemporáneos necesitan esperanza. Quizás sea precisamente para el hombre de hoy que necesitamos volver a despertar la esperanza, porque a menudo asiste impotente a hechos y acontecimientos que trastornan las certezas adquiridas a lo largo de décadas. Mantener viva la esperanza no es sólo una misión que los cristianos recibieron del Señor cuando los envió a anunciar su Evangelio en todas partes del mundo. Hoy se convierte sobre todo en una responsabilidad porque en medio de la decadencia que se vive en los diversos sectores de la existencia personal y social es urgente y necesario que se levanten las voces de quienes traen una palabra y un signo capaces de mirar el presente con ojos diferentes».

           

Sin embargo, como ha subrayado el obispo, insistir en la esperanza conlleva un fuerte riesgo: olvidar que pertenece a una tríada y que está siempre unida a la fe y a la caridad. «Es bueno subrayar la necesidad de la unidad de la vida cristiana que se expresa en la constante circularidad entre las tres virtudes. Esta unidad inseparable no solo indica el estilo de vida que el creyente está llamado a asumir en sí mismo a partir de la vida nueva recibida, sino que en primer lugar es un índice de su respuesta a la oferta de gracia y de salvación que, en Cristo, el Padre ha realizado para la humanidad. No se trata, por tanto, de considerar tres actitudes diferentes y sectoriales como si fueran independientes y divididas entre sí. Más bien, es bueno considerar la profunda unidad que sustenta estas tres dimensiones de la vida en Cristo. La fe, la esperanza y la caridad expresan la existencia de la Iglesia que pide a cada creyente ser testigo creíble de este estilo de vida».

 

En la reflexión de hoy, 30 de enero, se tratarán temas como “La celebración del Jubileo”, las “Propuestas para realizar el Jubileo de la esperanza” y “Las perspectivas del Jubileo en Brasil”. El encuentro concluirá con una celebración eucarística presidida por Mons. Fisichella en la Basílica Santuario São Francisco de Assis, en Brasilia.