El Jubileo de las personas con discapacidad, un evento de alegría, fe e inclusión en Roma
Ayer, martes 29 de abril de 2025, ha concluido el Jubileo de las personas con discapacidad, un evento extraordinario para el que han venido a Roma alrededor de diez mil peregrinos provenientes de más de 90 países de todo el mundo. Han sido dos días intensos de encuentro, oración y testimonio que han involucrado a niños, jóvenes y adultos con discapacidad, junto a sus familiares, los voluntarios y sus acompañantes.
La jornada del lunes 28 de abril ha comenzado con la peregrinación a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Contemporáneamente, en la Iglesia de San Giovanni Battista dei Fiorentini ha tenido lugar un momento de confesión y adoración eucarística con sacerdotes capacitados para acoger a personas con diversas formas de discapacidad. A las 17:00, en la Basílica de San Pablo Extramuros ha tenido lugar la solemne celebración eucarística presidida por S.E. Mons. Rino Fisichella, encargado de la organización del Jubileo. La celebración ha sido accesible gracias a la traducción al lenguaje de signos italiano e internacional.
El martes 29 de abril, en la Plaza de San Pedro, los peregrinos han vivido una intensa mañana de catequesis guiada por Mons. Fisichella y conmovedores testimonios de personas con discapacidad. Por la tarde, la atmósfera se ha transformado en una explosión de fiesta y compartición en los Jardines del Castel Sant’Angelo con música, espectáculos, juegos y momentos emocionantes presentados por Rossella Brescia y Rudy Zerbi. Entre los artistas que han subido al escenario, estaban Noemi, Ladri di Carrozzelle, Rulli Frulli, Chicco’s Band y Hearts for Music, entre otros. También ha sido emocionante el pas de deux de Oney Tapia y la bailarina Fabienne Haustant, junto a los hermanos Tercon.
Durante los dos días del Jubileo, a lo largo de la Via della Conciliazione, los peregrinos han podido recorrer “Las Vías de la Esperanza”, un itinerario de stands temáticos, encuentros y testimonios que han mostrado el rostro concreto de la inclusión y el coraje.
El Jubileo de las personas con discapacidad ha sido un signo tangible de cómo la Iglesia y la sociedad pueden y deben ser inclusivas, acogedoras y atentas a la fragilidad.