Mons. Milani: «Con el cine narramos la Esperanza y dejamos que surjan preguntas de sentido»

18 abril 2024

 

Del 14 al 21 de abril, en el Cinema delle Provincie de Roma tiene lugar el Festival de cine «Caras y Contracaras de la Esperanza», en preparación para el Jubileo 2025. Uno de los curadores de la iniciativa, por parte del Dicasterio para la Evangelización, es Mons. Davide Milani, presidente de la Fondazione Ente del Cinema.

 

Mons. Milani, ¿por qué un festival de cine en preparación para el Año Santo?

 

«La indicación del Pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, S.E. Mons. Fisichella, ha sido pensar en el tema de la Esperanza, con el lema «Peregrinos de Esperanza», no sólo a nivel intraeclesial, sino intentando abrirnos, como pide el Papa, al mundo entero. El Jubileo es un evento universal, y los lenguajes del arte, y en particular el del cine, son una plataforma en la que se puede dialogar con todos. Se trata de una experiencia en la cual ser o no creyente ya no es un muro que divide, ya no es una barrera, porque el cine pone a todos al mismo nivel, crea una oportunidad de encuentro en la cual todos estamos sentados frente a la pantalla a la misma distancia. Frente a la historia que cuenta el cine, todos tenemos la misma experiencia: somos oyentes. El cine, además, cuando es cine de autor, plantea reflexiones y preguntas, cuenta una vivencia. Estamos en una época en la que todos nos dan respuestas, y la tarea del arte y del cine es plantear preguntas para hacer reflexionar al espectador sobre cómo está viviendo, sobre lo que está buscando. Es con preguntas que llegamos al Evangelio, con preguntas llegamos a la propuesta de Jesucristo. El cine tiene esa capacidad y las películas elegidas para el Festival van en esa dirección».

 

A propósito, ¿por qué habéis elegido precisamente estas 12 películas?

 

«Hemos tratado de hacer un viaje a través de la cinematografía reciente, con algunos desvíos hacia películas que tienen unos años más. La Esperanza es el hilo conductor. Basta pensar en el título del festival, “Caras y contracaras de la Esperanza”. Si pienso en “One life” de James Hawes, aparece la figura de este anciano inglés que salvó niños judíos destinados a los campos de concentración en la Checoslovaquia ocupada. Encarnó la esperanza para muchas personas, arriesgándose el mismo. Pienso en “La chimera” de Alice Rohrwacher, en la que, en un mundo corrupto, apegado sólo a la materialidad de las cosas, el joven arqueólogo Arthur intenta devolver a los hallazgos robados del subsuelo el valor espiritual, mucho más allá del valor vinculado al dinero. En su búsqueda entre las tumbas etruscas, vive la búsqueda misma del reencuentro con la mujer amada que ha muerto. En “Chiara” aparece la figura de esta muchacha en una sociedad en la que el papel de la mujer era marginal, la cual encarna el deseo de una nueva comunidad, de un nuevo protagonismo femenino, de una iglesia renovada. El rasgo común de estas películas es la narración de una Esperanza que no es la expectativa de una “lluvia”, sino una realidad a la que todo hombre y toda mujer aspiran a anclarse».

 

¿Cuál es el papel de las imágenes en la transmisión de un valor como la esperanza?

 

«El poder del cine radica en que cuenta una historia, situando al espectador dentro de la experiencia de otras personas, en la cual puede reconocerse por la similitud o la distancia. El poder del cine es que combina música, literatura, fotografía. Todos los lenguajes encuentran una síntesis en el cine, es un lenguaje muy penetrante. El cine es la novela de la contemporaneidad. Es imposible contar lo que somos y lo que hemos vivido sin el cine. Es la caja negra del tiempo que hemos atravesado, un lenguaje popular capaz de hablarle a todos con un umbral de acceso mínimo, al alcance de todos. Hay quienes son expertos y saben captar referencias adicionales, pero al ver una película todos pueden sentirse involucrados. El cine es portador de esperanza porque es un lenguaje universal. Por supuesto, para nosotros los cristianos, Cristo es la encarnación de la Esperanza, que nos ha abierto a la vida eterna, pero también quien no cree tiene esperanza. Todos necesitan tener esperanza y el cine, con su amplia gama de historias, intenta narrarla».

 

Usted es presidente de la Fondazione Ente dello spettacolo, instituida en 1947 para promover la cultura cinematográfica en Italia por mandato de la Conferencia Episcopal Italiana. ¿Cuáles son los objetivos?

 

«El objetivo es contar el cine de calidad, el cine que hace reflexionar, que hace dialogar, que narra precisamente la esperanza, el dolor, el amor. En definitiva, no el cine que es puro entretenimiento, sino aquel que pone en camino a las personas, que es portador de un valor, que crea comunidad e intenta contar lo que no se ve. La nuestra, por tanto, no es una tarea estrictamente confesional. No promovemos el cine católico sino todo el cine que tenga un alma».